En la educación priman tres factores fundamentales, la familia, la escuela y el estudiante, estos tres deben trabajar de la mano para de este modo llegar a cumplir un objetivo y tener una meta en común que es formar integralmente desde los primeros años de vida, la formación integral se refiere a que la persona sea: completa, competente, ágil, inteligente, que actué en beneficio no solo propio sino el de toda la comunidad con la que comparte, para que aporte soluciones, para que trabaje en equipo, para que sea tolerante, para que realice las actividades con agrado, amor, de forma ética y no perjudique a nadie.
Educar no es tarea fácil, pero tampoco imposible, a las aulas de clase llegan niños y niñas de diferentes características: edades, ciudades, estratos, familias, contextos y situaciones. La familia junto con la escuela debe responsabilidad que se tiene al guiar, conducir, y educar a niños y niñas y más en la educación inicial y en el nivel preescolar, es en estos años donde se inculcan valores, se potencian habilidades cognitivas, se brindan las bases necesarias para que el desempeño de estas personitas en años superiores sea el adecuado y el mejor, sumado a lo dicho en esta etapa los infantes siguen el ejemplo y el modelo del adulto visto en la escuela, es decir el maestro y en el hogar, la madre y/o el padre; tal vez aquí se dé respuesta al por qué hay gran variedad de cualidades que caracterizan la personalidad de un niño (a); agresivo, aislado, tímido, rebelde, alegre, compañerista, tierno, dulce, cariñoso; estos aspectos y muchos más son el resultado de las experiencias que el sujeto adquiere de las situaciones que se presentan en el contexto en el que vive.
Es importante tener presente que el ser humano pasa por diferentes momentos y etapas durante el recorrido de la vida. Hay ocasiones que marcan y dejan huella en ella, que son difíciles de olvidar porque tal vez en estos instantes vividos ocurrieron hechos que determinan aspectos de la personalidad de cada sujeto, tal y como lo dice Georg Gadamer: “uno se educa así mismo porque sobre todo el aprendizaje depende de cada tener conciencia de la gran cual; uno se educa junto con otros porque somos seres en conversación, en relación con otros nos constituimos en la comunicación, el juego en general las experiencias que intercambiamos con los otros”.
Desde el momento de la concepción de un nuevo ser se pueden demostrar los factores que inciden en su formación y educación, es decir la vida es un largo proceso que inicia desde el vientre, pasa por la niñez, la adolescencia, la juventud, la adultez, la vejez y por último la muerte. Durante el recorrido de este largo camino el individuo se encuentra con seres de características similares lo que hace que exista la socialización, es decir, la posibilidad de compartir con los demás. En la adolescencia los muchachos (as) dan un gran paso en su vida académica y formativa, pues a la edad de los 16-17 años eligen seguir con su proyecto de vida, pero para poder continuar deben decidir que estudiar (elegir una carrera profesional, técnica o tecnológica) o en que trabajar, para de algún modo aportar al desarrollo integral de una sociedad o de una nación.
Para finalizar es relevante destacar la importancia que tiene el núcleo familiar y la institución educativa en la formación integral de la persona. Recordemos que la labor que desempeña el docente es decisiva y trascendental desde sus primeros años de vida. En general todo adulto tiene gran responsabilidad con el proceso educativo de las nuevas generaciones esto se ve reflejado en el interés del propio individuo con relación al fortalecimiento de sus capacidades y habilidades.
AUTOR: INGRID SOLANLLY NIETO
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